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Foto del escritorSofia Frenkel Santillan

10 pasos para manejar un Berrinche desde la Crianza Respetuosa

Imaginemos que tu hijo está enojadísimo, la ira sale tal cual dicta el impulso: llora, grita, patea en el suelo, revolea, golpea . A esta escena los psicólogos infantiles no le decimos berrinche, sino “desregulación emocional”, ya que está colapsada su capacidad de controlar la emoción.


¿Qué es la regulación emocional?

  • Es un indicador de salud mental y de madurez emocional.

  • Se construye y se sostiene a través de las figuras de apego, a lo largo de la infancia.

  • Tenemos una buena regulación emocional cuando logramos sentir todas las emociones y expresarlas; conservando la libertad para decidir cómo y cuándo llevarlas a la acción.

  • Implica sentir sin ser esclavo de nuestras emociones.


¿Qué hacer para ayudar en la regulación emocional de tu hijo?


1. Ante la desregulación de un hijo, nuestras neuronas espejo (que copian) hacen que se nos activen las mismas emociones. REGULATE VOS primero:

  1. RESPIRA profundo, oxigenate (de verdad, no en sentido figurado). Bajá las pulsaciones hasta que tu corazón tenga ritmo de vals.

  2. HABLATE : “ no te lo tomes personal, está desbordado”, “ si hace esto es porque no tiene otro recurso mejor”. La clave es no atribuir malas intenciones, porque esto en vez de calmarte te va a cebar.


2. AGACHATE, ponete a su altura. Acompañalo, quedáte cerca. MIRALO con paciencia. Algunos se dejan abrazar, otros no. Vos fijate. La idea es transmitir: te veo y estoy acá para vos. No te pongas a mirar el celu o a hacer otra cosa.


3. Observalo y pensá: ¿qué le puede estar pasando?

  1. Tu trabajo es hacer una HIPÓTESIS que conecte su reacción a una causa razonable. Es obvio que no fue solamente el color del vasito lo que desencadenó el torbellino de emociones.

  2. Es mucho más fácil establecer asociaciones si tenemos conexión con su vida cotidiana, si sabemos qué pasa en otros ámbitos, con sus amigos y en el colegio.

  3. Chequea si las necesidades fisiológicas están satisfechas: hambre, sueño, calor, algún malestar físico. Este ítem es clave, ya que presentar alguna de estas necesidades insatisfechas implica irritabilidad


4. Traducir la experiencia al LENGUAJE: cuando baja un poco la intensidad o te devuelva la mirada:

  1. Le pones NOMBRE a su EMOCIÓN y le explicas lo que crees que la DESENCADENÓ, a modo de pregunta. No sirven los términos ambiguos como bien o mal.

  2. “Me parece que estás muy enojado porque estas cansado de que tu hermanita te rompa los trabajitos, puede ser?”

  3. Enséñales para qué sirve cada emoción, qué le está comunicando. No hay emociones malas ni prohibidas.


5. EMPATÍA: demostrarle que lo que siente es razonable, que nosotros sentiríamos lo mismo en su lugar. Entender no significa estar de acuerdo. Puede ayudar contarle una anécdota cortita en donde te haya pasado algo parecido. Lo más frecuente es que al conectar, la conducta se corrija sola.


6. ESCUCHA a tu hijo: posiblemente te agregue algo, o te clarifiquen la idea. Además a los chicos les sirve mucho poner en palabras lo que sienten y ordenar el relato.


A partir de los 4 años de edad ya se puede:


7. PENSAR juntos ESTRATEGIAS posibles para controlar la expresión emocional cuando algo similar vuelva a pasar.

  1. Ayuda mucho hacerlo en forma de preguntas, buscando que el chico piense y descubra alternativas. Fomenta la reflexión, el pensamiento, el razonamiento.

  2. Tené en cuenta que las estrategias deben ir EN CONTRA del impulso de acción del enojo (ataque, gritar, pegar).

  3. No es buena idea darle algo " seguro" para que golpee, por ejemplo. Al hacer esto se retroalimenta la emoción, no se agota. Además reforzamos los circuitos neuronales de la violencia.


8. PRACTIQUEN las estrategias cuando estén de buen humor

  1. Ideas: bailar, cantar, soplar las velitas imaginarias, respirar profundo, ponerse duro como una estatua y después flojito como una nube, chupar un hielo, darse una ducha, apretar una almohada, abrazarlo vos.

  2. También es importante dejar en claro que cosas no están permitidas hacer, explicando las razones, que tienen que ver con el respeto y el autocuidado: no podes pegarte a vos, ni a mi, ni romper cosas.


9. Identifiquen el PROBLEMA que originó la respuesta desmedida. Busquen soluciones juntos.

  1. Para que te canses menos cuando me acompañas a hacer compras, tal vez puedas venir en monopatín.

  2. Si tu hermana te rompe los juguetes, capaz los podemos guardar bien altos, y te los doy yo sólo cuando los querés usar.


10. Si hubo algún daño, lo ideal es que lo pueda reparar: limpiar, ordenar, pegar lo roto o reponer por uno nuevo.

  1. Los papás podemos ayudarlo, colaborar a que repare.

  2. Si lastimo los sentimientos de alguien también sería bueno que pida disculpas y repare, pero que sea algo genuino.


La próxima vez que el enojo se apodere de tu hijo, hacéle un guiño y ayudálo a implementar las estrategias (después del paso 6). Después de repetirlo varias veces te va a poder ver como un aliado, y no como una amenaza potencial. El enemigo a controlar es esa emoción confianzuda, que cree que puede hacer lo que se le da la gana con él.


Bibliografía

  • Alvaro Pallamares https://www.youtube.com/watch?v=3JFAITVyaec

  • Di Bartolo, I. y Seitun, M. (2019). “ Crianza y Apego”. Buenos Aires: Grijalbo.

  • Siegel, D. “ Disciplina sin lágrimas” (2015). Barcelona: Ediciones b.


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